lunes, 13 de julio de 2020

La naturaleza de los aceites esenciales

Los aceites esenciales son compuestos aromáticos volátiles naturales que se encuentran en las semillas, la corteza, los tallos, las raíces, las flores y otras partes de las plantas, se encargan de protegerlas y juegan un importante papel en la polinización.
Si alguna vez has disfrutado del aroma de una flor, entonces has experimentado las cualidades aromáticas de los aceites esenciales que, además de proporcionar deliciosas fragancias, tienen otros beneficios que han sido usados por mucho tiempo en la preparación de alimentos (las hierbas de olor, por ejemplo, o un buen ramo de albahaca en el pesto), tratamientos de belleza y prácticas alternativas para el bienestar.

Ahora bien, ¿qué es exactamente un compuesto aromático volátil?
Son moléculas orgánicas que se denominan volátiles porque cambian de estado rápidamente, pasando del sólido o líquido al gaseoso al estar a temperatura ambiente.
Las propiedades físicas y químicas de los compuestos aromáticos volátiles que componen los aceites esenciales, les permiten desplazarse rápidamente a través del aire e interactuar directamente con los sensores olfativos de la nariz.
Estas propiedades hacen que los aceites esenciales sean ideales para la aromaterapia—usando estos compuestos naturales para ayudar a mantener una mente y cuerpo en bienestar—.
Los compuestos aromáticos volátiles presentes en un aceite esencial determinan tanto su aroma como sus beneficios. Así que cuando uno abre por primera vez una botella de aceite esencial, puede percibir instantáneamente su potente fragancia, que se siente cierta distancia… y al oler el aceite, uno comienza a recibir sus beneficios.
Hasta la fecha se han identificado más de 3,000 variedades de compuestos aromáticos volátiles. La naturaleza de un aceite esencial varía de planta a planta, dentro de familias botánicas y de especie a especie. La delicada proporción de constituyentes aromáticos que se encuentran en cualquier aceite esencial es lo que les da su singularidad y beneficios específicos.
Aun en los aceites esenciales puros, su composición puede variar según la hora del día, la estación, la ubicación geográfica, el método y duración de la destilación, el año de cultivo y el clima, por lo que cada paso del proceso de producción es un determinante crítico de la calidad general del aceite esencial producido.
Los aceites esenciales pueden usarse en una amplia variedad de aplicaciones para el bienestar emocional y físico. Pueden usarse individualmente o en complejas mezclas, esto depende de cada usuario.
Una característica necesaria de los aceites, es que sean naturales, por lo que, antes de comprar cualquier marca, es mejor cerciorarse de que no tengan componentes sintéticos.
Si requieres más información sobre marcas, aceites esenciales y sus aplicaciones y mezclas, comunícate con nosotros.

domingo, 5 de julio de 2020

Aromaterapia y aceites esenciales

Desde que nacemos, los olores marcan nuestra vida. Un aroma percibido en una calle perdida nos transporta a momentos de la infancia compartidos en familia; el olor a hierba mojada después de una tormenta, nos provoca paz, calma y ganas de respirar profundamente.

El olfato es un sentido poco valorado, pero tiene el poder de cambiar rápidamente nuestras emociones.

Se trata del sentido más sensible que tenemos, ya que la conexión cerebral ocurre de manera inmediata. Muchas investigaciones destacan emociones que los olores provocan debido a la estimulación del cerebro humano.

Algunos de los beneficios más conocidos se asocian con relajación, felicidad, alegría y auto-confianza.



Cuando recibimos un olor, este estímulo se dirige al sistema límbico del cerebro, lugar donde habitan el olfato, la memoria y los instintos básicos. Esta zona de nuestro cerebro influye en nuestros comportamientos, aunque siempre de manera subconsciente.

Por eso la ciencia asocia los olores que percibimos con nuestro estado psicológico para provocar una serie de emociones concretas.

Este proceso funciona por la propia neuroquímica del cerebro, desencadenada por los olores percibidos, también influencia los aspectos cognitivos como la percepción, identificación o asociaciones culturales. Este último puede ejercer una poderosa influencia en las reacciones emocionales del sujeto, por lo que resulta de especial interés. Los olores identifican países, lugares, personas e incluso religiones.



Antes de que la Humanidad entendiera cómo funcionan los aromas en el cerebro, las esencias se han usado desde la antigüedad para agradar a los dioses y divinidades; también se utilizaron para purificar ambientes, alejar influencias negativas y, en un plano más avanzado, para despertar estados de conciencia.

Todos los aromas influyen en las personas y pueden transferirse por medio de perfumes, óleos, sahumerios, velas o inciensos.



La aromaterapia es el uso de los aceites esenciales de las plantas para mejorar el equilibrio de la mente, el cuerpo y el espíritu. La usan los pacientes de cáncer para mejorar la calidad de vida y reducir la tensión, la ansiedad, el dolor, las náuseas y los vómitos que causa el cáncer y su tratamiento. La aromaterapia se puede usar con otros tratamientos complementarios, como la terapia de masaje y la acupuntura, así como también con los tratamientos médicos estándar para el control de los síntomas.

Los aceites esenciales son la parte que contiene la fragancia de las plantas y suele estar debajo de la superficie de las hojas, la corteza o la cáscara. La fragancia se libera cuando la planta se tritura o pasa por un proceso especial con vapor.

Cada aceite esencial de una planta tiene una composición química diferente que determina cómo huele, cómo se absorbe y cómo afecta el cuerpo.

Los aceites esenciales son muy concentrados. Por ejemplo, se necesitan cerca de 220 libras de la flor de lavanda para obtener una libra de aceite esencial. El aroma de los aceites esenciales desaparece pronto si se los deja al aire libre.

¿Cómo se administra la aromaterapia?
La aromaterapia se usa de varias maneras.

Inhalación indirecta: el paciente aspira un aceite esencial mediante el uso de un difusor, que sirve para dispersar el aceite esencial por el aire, o aplicando gotas sobre un tejido o un trozo de algodón en un lugar cercano.

Inhalación directa: el paciente aspira un aceite esencial mediante el uso de un inhalador individual con gotas de aceite esencial que flotan sobre agua caliente.

Masaje: masaje de aromaterapia de la piel con uno o más aceites esenciales que se diluyen en un aceite portador.

Los aceites esenciales también se mezclan con sales de baño y lociones, o se aplican a vendajes.

Hay algunos aceites esenciales que se usan para tratar afecciones específicas. Sin embargo, los tipos de aceites esenciales que se usan y la forma en que se combinan varían según la experiencia y la destreza del aromaterapeuta.



¿Se ha llevado a cabo algún ensayo clínico sobre la aromaterapia?
En los ensayos clínicos de aromaterapia, se ha estudiado su uso en el tratamiento de la ansiedad, las náuseas, los vómitos y otras afecciones en pacientes de cáncer. No hay estudios publicados sobre el uso de la aromaterapia para tratar el cáncer en revistas científicas con revisión externa.

Los estudios sobre aromaterapia mostraron resultados contradictorios. En algunos estudios se describen mejoras del estado de ánimo, la ansiedad, el sueño, las náuseas y el dolor. En otros estudios se informó que no hubo cambios en los síntomas por el uso de la aromaterapia.

Estudios sobre ansiedad y depresión
 En un ensayo con 103 pacientes de cáncer, se estudiaron los efectos del masaje en comparación con el masaje con aceite esencial de manzanilla romana. Dos semanas más tarde, se observó una disminución de la ansiedad y una mejora en el grupo que recibió un masaje con aceite esencial. El grupo que solo recibió masajes no obtuvo el mismo beneficio.

En otro estudio de 58 pacientes con varios tipos de cáncer que asistieron a 6 sesiones de aromaterapia, se encontró disminución de la ansiedad y depresión en comparación con el estado anterior a las sesiones.

En un ensayo controlado aleatorizado se estudiaron los efectos de la aromaterapia inhalada sobre la ansiedad durante la radioterapia. Participaron 313 pacientes asignados al azar a recibir aceites esenciales de lavanda, bergamota o cedro. No hubo diferencia en la depresión o ansiedad notificadas entre los grupos.



Estudio sobre sueño
Los pacientes con diagnóstico reciente de leucemia mieloide aguda que estaban hospitalizados para recibir quimioterapia intensiva, inhalaron un aceite esencial mediante un difusor, por la noche durante 3 semanas. Los pacientes pudieron elegir entre lavanda, hierbabuena o manzanilla. Se informaron mejorías en el sueño, el cansancio, la somnolencia, la falta de apetito, la depresión, la ansiedad y el bienestar.

Estudio sobre boca seca
El yodo radiactivo puede dañar las glándulas salivales. El aumento de la producción de saliva durante el tratamiento quizás disminuya el daño a las glándulas salivales. En un ensayo controlado aleatorizado, los pacientes que inhalaron una mezcla de aceites esenciales de limón y jengibre tuvieron un aumento de la producción de saliva en comparación con el grupo de placebo.

Estudios sobre náuseas y vómitos
En un estudio con mujeres que recibían quimioterapia para el cáncer de mama, se observó que la inhalación de aceite esencial de jengibre alivió un poco las náuseas agudas, pero no disminuyó los vómitos ni las náuseas crónicas.

En un estudio con niños y adolescentes que inhalaron aceite esencial de bergamota en el momento de recibir una infusión de células madre, se informó de un aumento de la ansiedad y las náuseas, y ningún efecto en el dolor. En un estudio con pacientes adultos, se observó que saborear u oler rodajas de naranja en el momento de recibir una infusión de células madre fue más eficaz para reducir las náuseas, las arcadas y la tos que inhalar un aceite esencial de naranja.

Estudios sobre síntomas relacionados con los procedimientos
Se asignó al azar a mujeres sometidas a biopsias de mama a recibir gotas de aceites esenciales de lavanda y sándalo, o de naranja y menta, que se colocaron en un paño de fieltro adherido a su bata hospitalaria o un paño de fieltro sin aroma. Las mujeres que recibieron el paño de aromaterapia con lavanda y sándalo tuvieron menos ansiedad que las mujeres que recibieron el paño de aromaterapia con naranja y menta, o el paño sin aroma.

En un estudio de aceite esencial de lavanda y aceite esencial de eucalipto inhalados, o ningún aceite esencial en pacientes de cáncer que tenían agujas introducidas en un catéter central de acceso venoso, quienes inhalaron el aceite esencial de lavanda informaron que sentían menos dolor.

¿Hay informes sobre los riesgos o efectos secundarios de la aromaterapia?
En los estudios sobre la inocuidad de los aceites esenciales, se observan muy pocos efectos secundarios o riesgos cuando se siguen las instrucciones para su uso.

A veces ocurren respuestas alérgicas e irritación en la piel cuando los aceites esenciales están en contacto con la piel por mucho tiempo. Tal vez se produzca sensibilidad al sol cuando se aplican aceites esenciales cítricos o de otro tipo sobre la piel antes de estar al sol.

Se encontró que los aceites esenciales de lavanda y del árbol del té presentan efectos parecidos al estrógeno (hormona sexual femenina) e impiden o disminuyen los efectos de los andrógenos (hormonas sexuales masculinas). En un estudio, se observó que aplicar aceites esenciales de lavanda y del árbol del té sobre la piel durante mucho tiempo se relacionó con un agrandamiento de la mama en varones antes de la pubertad.

sábado, 4 de julio de 2020

Transformar el sufrimiento en logro

Nadie dijo que este viaje sería sencillo. 

Ya nos tocó la sacudida. A todos, aunque a unos más y a otros, menos. 

Hoy estamos ante la oportunidad de hacer un balance y entender dónde estamos parados. Primero tenemos que entender qué se movió afuera y qué se cayó adentro, cuál es la realidad interna y cuál la externa. Nos corresponde saber qué sucedió, qué tranvía nos arrolló, toca saber qué afrontamos, qué queremos ordenar, qué necesitamos resolver; a dónde queremos llegar y qué herramientas tenemos para hacerlo.

Buscamos significados en lo que nos ocurrió, porque nos sentimos incómodos sin ellos, porque lo natural en el Ser Humano es encontrar significados, el rito, el sentido. Y no podemos inventar el sentido de nuestra vida; es un trabajo interior que nos requiere encontrar eso con lo que nos sentimos cómodos, coherentes; eso que llena nuestro corazón.

Cómo salimos o no de la crisis; cómo nos vemos al final de la situación que nos sacudió; qué tanto nos permitimos sentir o nos volvemos irreflexivos, depende de nosotros; lo cierto es que todo lo que nos sucede hace que se incremente la posibilidad de conocernos.

Y de cuánto nos conozcamos dependerá cómo manejamos nuestras reacciones, cómo manejamos el coraje y qué tan preparados estamos para perdonar y perdonarnos.

Entonces estaremos en posición de dejar de pelear con la situación. Podremos soltar lo amarrado, retirar la carga afectiva y dejar ir; reconoceremos nuestros recursos y nuestros límites y podremos definir con qué actitud y templanza enfrentaremos lo que venga.

Esta manera de enfrentar el destino inevitable nos permitirá regalar el testimonio de algo que sólo los seres humanos podemos lograr: Transformar el sufrimiento en logro.

Nada volverá a ser igual

Dicen que el duelo es un proceso con etapas muy claras y marcadas, y que una vez que las superes todo volverá a la normalidad.

Muchos querrán marcar las estaciones del camino y señalar a los dolientes que ya casi, casi, casi arriban a la terminal y que solo es cuestión de darle tiempo al tiempo.

La verdad es que no siempre es así: el duelo es una montaña rusa de emociones que van, vienen, suceden al mismo tiempo, se encuentran y hasta chocan de frente. Y mientras uno de los dolientes se siente triste, alguien más reaccionará enojado, apático, desesperado o hasta optimista. Y no hay nada de malo en ninguno de ellos; cada cabeza es un mundo, cada quien asimila los momentos de distinto modo y de acuerdo con su personalidad.

Lo mejor es que cada quien viva su proceso como el corazón le dicte y sin desesperarse por cómo los demás anden el camino.

Llorar sin parar está bien… y enojarse también

Llorar. Llorar todo lo que se pueda. Llorar hasta que se sequen los ojos y entonces llorar otro poco, porque las lágrimas son lo más natural e instintivo que tenemos en momentos como estos. Y porque además es muy, muy necesario. Escucharás muchas veces que “no te aguantes”, que “tienes que sacarlo”, que “no te lo guardes”, y no hay nada más cierto que eso.

Pero también habrá momentos en los que sentirás mucha rabia, mucho enojo, y también se vale expresarlo y dejarlo salir. Porque no pudiste hacer nada para evitar que sucediera, porque no pudiste despedirte como hubieras querido (sobre todo en estos tiempos), porque vas a extrañar a la persona que se ha ido el resto de tu vida. Porque saber que no está, que no vas a compartir más ni a reír con esa persona encabrona y llena de frustración.

Entonces, enójate; pega en una pared, o en una almohada, para que no te hagas daño; deja que la furia los haga gritar en la regadera, pero deja salir el enojo y lávalo con agüita caliente. Eso no va a cambiar nada; eso no va a regresar a la persona que extrañas, pero te va a aliviar; te aligerará la carga y tu corazón se sentirá mejor.

Después, si quieres, si puedes, llora nuevamente, llora porque quieres, llora porque duele.

Y si quieres, si puedes, busca a tu familia; abrázalos y déjales saber que sigues allí, pero que justo ahora eliges estar solo; porque también se vale no querer estar para el trabajo, para los bancos, para los amigos...

Pero no cierres la puerta, porque el cariño llega de donde menos lo esperas. La familia que casi nunca ves, los amigos a los que solo saludas de vez en cuando o las personas con las que creías que jamás volverías a hablar. Y vas a leer palabras increíbles, amorosas, que te van a ayudar a dar pasos pequeños hacia afuera.

Y cuando estés afuera, acuérdate que la tarea no ha terminado: ¿qué hay pendiente?; ¿por dónde empiezas?; ¿te toca a ti o sólo vas a apoyar a alguien más?

Como sea, prepárense para un galimatías digital, si no tienen claves, usuarios, contraseñas, números personales. Y de aquí, la recomendación es tener una persona de absoluta confianza que tenga la llave de acceso a nuestras cuentas y secretos. Quienes se quedan sin duda lo van a agradecer.

Recuerda que la vida y el camino no se detienen y en algún momento vas a volver a andar. Hazlo a tu ritmo y no te sorprendas si te sientes culpable porque te descubres disfrutando lo que haces.

La culpa es simplemente parte del proceso de una pérdida y es necesaria para atemperar la tristeza más profunda.

Aquí puedes considerar si necesitas consultar un terapeuta que te ayude a entender lo que te pasa y lo que vives, con el objetivo de sanar tu corazón.

Muchas veces, la muerte de alguien que amamos nos recuerda que la vida es corta y que el mundo, nuestro mundo, puede sacudirse y derrumbarse en un segundo.

Tienes la oportunidad de transformar el dolor en homenaje: puedes cambiar la forma en que vives tu vida y tratar de aprovechar al máximo cada día.

Recuerda que todos tenemos fecha de caducidad y no vale la pena desperdiciar el tiempo en disgustos; busca actividades y personas que te enriquezcan y ama, ama intensamente cada cosa que hagas y a tu gente cercana. Y jamás te olvides de decir a las personas que las amas.

No voy a mentir: nada volverá a ser igual, jamás. El dolor, el vacío tras la muerte de alguien que amamos no se va a acabar; todos tenemos que lidiar con eso de la forma que nos acomode.

Este camino no se recorre para dejar atrás el dolor, sino para aprender y acomodar la pérdida y agradecer lo que esa persona dejó en nuestra vida.

Habrá días de dolor y nostalgia profundos, porque nada volverá a ser igual. Pero si tu ser querido no hubiera estado en tu vida, aunque sea brevemente, tú no serías del todo quien eres y no aquilatarías recuerdos entrañables.

Vas a extrañar, cierto, pero puedes recordar todo lo que aprendiste de ella y acomodarlo en un presente en el que esa persona no va a estar junto a ti, sino que la encuentras dentro de ti.